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Trenta-dues Blancaneu

Trenta-dues Blancaneu

Una nena trasteja l’ordinador de la biblioteca. Deu tenir uns deu anys i duu els cabells, molt arrissats, recollits en una cua de cavall.

- Què busques? T’ajudo?

- No ho se, que puc buscar?

- Busquem la Blancaneu?

Hi ha trenta-dues Blancaneus al catàleg de biblioteques públiques. Cap ni un a la nostra biblioteca. Decepcionades, decidim preguntar a l’encarregada de la sala infantil. Troba miraculosament una Blancaneu pero ens adverteix que no es adeqüada per al nivell de lectura de la nena perqué està catalogada com a "Avançada". De totes maneres decidim demanar-la. Cinc segons després de tenir-la a les mans desistim de mira-nos-la i la deixem als prestatges: només hi ha dibuixos! d’ aixó en diuen nivell avançat?. No tenim més remei que triar un altre llibre, aquest cop a ull ( i no me’n feu dir el títol perquè l’afortunat va ser un de les Bruts, Fitch, Crunch, o com coi se diguin aquestes creacions mercantilistes per a preadolescents que es fan ara).

Esgotada, me’n torno a consultar el catàleg per trobar llibres sobre temàtiques molt menys apassionants (tipus "Pregons de Setmana Santa (1950-1983) "). Per sort, al cap de cinc minuts una veueta em torna a distreure (Dern 3 punts-Bratz 0). Sembla que cap de les dues està gaire motivada per la lectura i decidim dedicar-nos a utilitzar la biblioteca per a finalitats que no li corresponen; lameva nova amiga em demana un dibuix. Perfilo el cap i els cabells, dos braços i el cosset esvelt. Se sorprén quan acabo les petxines del vestit i la cua escatada. L’he convertida en sirena.

- Ara dibuixa’t tu! dibuixa’t tú!

Gairebé maquinalment esbosso un perfil que acaba assemblant-se al d’una vella napiuda. El resultat ens deixa a les dues estupefactes, es mirem i no sabem ben bé que dir. Davant la meva evident desfeta com a heroïna, mastego unes paraules d’ excusa i faig mutis.

Últimament, vacil·lo massa entre Blancaneu i la madrastra, com l’ imatge de l’ il.lusió òptica, encabeixo dues realitats de mal conviure.

El que queda del dia

Hem rebut un regal de El arqueólogo musical. Us en deixem una versió digital, que el disc de pedra és per a nosaltres.

 

"Georgia on my mind", interpretat pel Quintet Hot de Barcelona.

 

 

Paranoico-crític

Paranoico-crític

Marido y mujer quieren visitar una exposición. Se han puesto elegantes, están de buen humor y llenos de expectación.

Delante de la entrada de un gran edificio sin ventanas, en el que se muestra la exposición, hay un pequeño parque, un césped pisoteado, sembrado de excrementos de perro y rodeado rectangularmente de enclenques arbolitos. En dos filas que conducen hacia la entrada se encuentran algunos cubos de cemento, aproximadamente del tamaño de pequeños quioscos de periódicos. Cada uno de estos cubos tiene en el lado anterior una ventanita baja corrediza, encima puede leerse: billetes de entrada.

La mujer se sienta en un banco de jardín mientras el hombre se dirige al cubo más próximo y se asoma a la ventana de la taquilla, dentro está sentado un individuo con tirantes, extraordinariamente gordo, calvo, que duerme con la boca abierta. El hombre llama con los nudillos al crista, primero cauteloso, luego cada vez más enérgico. El gordo despierta, se limpia la saliva de la barbilla y abre la ventanilla.

El hombre tiene que inclinarse mucho para hacerse entender.

- Para dos adultos, por favor. ¿Cuánto es?

El gordo mira pensativo al vacío. Asiente un par de veces, cierra la ventanilla y vuelve a dormirse.

El hombre espera un rato, pero como el gordo no vuelve a despertarse, hace a su mujer una señal para que aguarde un poco y camina hacia el siguiente cubo de cemento.

Ve en el interior a una persona femenina sentada en una silla, durmiendo. Es tan monstruosamente gorda, que casi llena todo el pequeño espacio. El hombre se pregunta cómo puede entrar y salir por la puerta, cuando se da cuenta de que el cubo de cemento no tiene ninguna clase de puerta. La pequeña ventana parece ser la única abertura existente.

Llama con los nudillos. Al cabo de un rato se despierta la persona femenina y abre.

- Para dos adultos, por favor –dice él-. ¿Cuánto es?
- Sí –responde ella, perezosa.

Él espera.

La persona femenina cierra la ventanilla y vuelve a dormirse.

El hombre no está dispuesto a dejarse desanimar tan de prisa. En el siguiente cubo está sentado un joven igual de gordo, en el próximo una vieja no menos voluminosa en combinación, con una redecilla sobre el pelo ralo. Ambos no se despiertan hasta después de mucho insistir, abren su ventanilla, escuchan la pregunta, asienten con la cabeza, cierran la ventanilla y vuelven a dormirse.

El hombre va paciente de cubo en cubo. Las personas que están en las taquillas no guardan ninguna semejanza, aparte de su enorme corpulencia.

Detrás de la última ventanilla está sentada una niña, de unos seis u ocho años. En proporción con su edad está casi más gorda que los demás ocupantes de los cubos. Su cara hinchada es de una palidez pastosa, en el pelo incoloro lleva un lazo rosa.

El hombre está a punto de llamar como en las taquillas anteriores, cuando su mirada cae sobre una nota pegada desde dentro al cristal.

¡No digas lo que quieres!
¡Pregúntame lo que necesito!


El hombre llama a su mujer con un gesto de la mano y ambos estudian el aviso escrito con desmañada letra infantil con un rotulador desteñido.

La mujer suspira.

- Desde luego, hoy en día no le ponen a uno las cosas precisamente fáciles.
- No, verdaderamente, no –dice él-; quizás por eso vienen tan pocos visitantes. Desde que estamos aquí no he visto a nadie, aparte de nosotros.

Llama con los nudillos, la niña pálida gorda despierta y abre la ventana corrediza.

- ¿Es que no tienen puertas –pregunta el hombre- por las que puedan entrar y salir?
- No –responde la niña, sonrojándose fugazmente, como si hubiese confesado algo vergonzoso.

Ahora interviene la mujer en la conversación:

- ¿Entonces habrán construido los cubos alrededor de ustedes? ¿O cómo entraron en ellos?

La niña gorda asiente, triste.

- Los han construido alrededor de nosotros. Pero no contaban con que creceríamos. Somos una familia, ¿sabe?, aunque quizás no se nos note.
- ¡Pero entonces no pueden conversar nunca! –tercia, compadecida, la mujer.
- Eso no es lo peor –opina la niña-, pues de todos modos sólo discutiríamos siempre. Lo peor es que nunca podemos ir a la exposición, aunque seamos nosotros los que vendemos las entradas. Sin nosotros no podría entrar nadie.
- ¿Te parece eso tan importante? –se interesa la mujer-. Quiero decir que aún eres pequeña, o en todo caso joven. ¿Crees que podrías comprenderlo todo?
- Comprender… -la niña se encoge de hombros-, simplemente quisiera saber lo que hay que ver allí.
- Nosotros podemos contártelo –propone la mujer- cuando salgamos.

La niña la mira, agradecida.

- Pero para eso –opina el hombre- tenemos que entrar antes, naturalmente. Necesitamos dos entradas ¿verdad?
- Si -dice la niña gorda, que ya parece otra vez sumamente adormilada. Por eso el prosigue rápidamente:
- ¿Qué harías tú si pudieses moverte libremente?
- Entraría para averiguar por qué tenemos que estar aquí encerrados.
- Pero si te pudiese moverte libremente no estarías aquí encerrada y no tendrías ninguna razón para entrar.

La niña gorda mira asombrada al hombre.

- ¡Es verdad! –murmura-. Entonces puedo quedarme aquí sentada. En eso no había pensado nunca.
- ¡Lo ves! –dice la mujer, sonriendo amablemente-. Dos entradas para nosotros, ¡por favor!
- ¡Y un catálogo! –añade él, presuroso.
- Dos adultos…, un catálogo –repite la niña gorda rutinariamente-. Aquí tiene.

Empuja los dos billetes y el catálogo fuera de la taquilla y cierra la ventanilla sin haber cobrado y vuelve a dormirse con cara satisfecha.

El hombre y la mujer se miran, lanzan al mismo tiempo un suspiro de alivio y pasan por la gran puerta de entrada al edificio sin ventanas. Sobre la puerta figura en grandes letras el título de la exposición: Objetos.

En la primera sala se encuentran con una oveja que está en un rincón con la cabeza y las orejas gachas.

Él hojea el catálogo y encuentra el título Oveja. Lo lee a media voz.

- Parece casi natural, ¿no te parece? –pregunta la mujer con aprehensión.

La oveja bala levemente, apenada. La mujer se agarra al brazo de su marido y susurra:

- Sigamos, ¡de prisa!

En la siguiente sala encuentran una vitrina de cristal en la que se apoya un plumero. El hombre vuelve a consultar y encuentra el título Plumero. Y de nuevo lo lee a media voz.

La mujer camina alrededor de la vitrina y contempla la pieza expuesta desde todos los lados.

- ¡Exacto! –dice finalmente, asintiendo convencida.

La habitación contigua está hasta los tobillos llena de arena del desierto. Y el título de la obra es, naturalmente, Arena del desierto.

Caminan por la arena.

A continuación contemplan una antorcha ardiendo con el título Antorcha ardiendo, metida en una estructura con hachas diversas. Luego viene una red muy larga con el título Red, tendida a través de toda la sala. En la sala que sigue hay un reloj de pie con el título Reloj de pie.

Marido y mujer encuentran allí a otro visitante. Se trata de un colega del marido que saluda afectuosamente a ambos. Lleva consigo una langosta viva que sujeta como una cosa un poco incómoda debajo del brazo izquierdo.

Primero hablan de todo un poco, luego el colega pregunta súbitamente:

- ¿Qué les parece la exposición?

Marido y mujer intercambian una mirada insegura y murmuran algo como “Todavía no tenemos un juicio definitivo” y “Acabamos de llegar”.

El colega les interrumpe:

- Bueno, yo lo siento –dice en voz alta con desfachatez-, de verdad lo siento, pero tengo que decir sinceramente que yo no sé que hacer con esta clase de arte. Me parece un abuso.
- ¿Arte? –pregunta el hombre sumamente asombrado-, ah, ¿es que esto es una exposición de arte?

El colega le mira igual de perplejo.

- ¿Cómo, es que no lo es? ¡Entonces he venido a la exposición equivocada! ¿Pero esto qué es?

Se produce una pequeña pausa embarazosa, luego el hombre pregunta sólo por decir algo, por la langosta y si el colega la quiere guisar.

- ¡No, no! –contesta casi indignado-, el animalito se vino conmigo hace unos días, pero no puedo dejarlo en casa porque mi mujer me ha amenazado con tirarlo por la ventana en cuanto la deje sola con él. Afirma que esta criatura inofensiva estropea nuestros muebles tapizados. Naturalmente, una acusación sin fundamento, que sólo pretende aguarme la fiesta. ¡Ya conoce usted a mi mujer! En todo caso me veo forzado a llevar al animal constantemente conmigo, aunque a la larga esto no es tampoco una solución, claro.

Marido y mujer manifiestan al colega su pesar por los contratiempos que ha sufrido y expresan su esperanza de que todo se arregle pronto. Luego se despiden y reanudan su recorrido por la exposición.

Contemplan con interés un gran palomar de madera con el título Palomar. Durante algún tiempo permanecen también delante de un paquete de cartuchos de dinamita envueltos en papel grasiento y unidos por tiras de papel adhesivo. Algunos cables eléctricos de distintos colores unen el paquete con un despertador que hace tictac. De acuerdo con el catálogo, la obra lleva el título Bomba de relojería.

- Qué bonito –dice la mujer un poco insegura. Su marido hace “¡psst!” y se vuelve hacia un par de visitantes que acaban de entrar, pues tiene la sensación de que este juicio es de algún modo inadecuado.

En la sala siguiente encuentran la palabra verde escrita con grandes letras rojas sobre la pared. Asombrosamente, el título no reza esta vez Verde, como había supuesto el marido, sino Letras.

- Muy original –murmura él y ella asiente y añade:
- Pero acertado, ¿no?

Luego llegan a una sala en la que huele de manera nauseabunda, pues hay un gran recipiente lleno de ojos de pescado. El título es, como cabía esperar, Ojos de pescado.

La mujer no soporta el olor, así que prosiguen rápidamente su marcha.

En medio de la sala contigua hay una lata sobre un pedestal de madera. Se trata de una lata corriente, cilíndrica, cerrada por todos los lados titulada Lata.

Delante está un niño pequeño completamente solo, inmóvil, sumido en la contemplación.

- ¿Qué, pequeño –pregunta la mujer maternalmente-, te han perdido tus padres?

Se inclina hacia él y se asusta un poco, pues el pequeño tiene una barba negra. Tras una breve conversación, resulta que es un crítico famoso.

- ¡Esto –dice el crítico, señalando la lata con un dedito diminuto- es una obra maestra!

El marido no quiere desaprovechar la ocasión de aprender y pregunta:

- ¿Según qué criterios juzga usted una obra?
- En primer lugar –explica el pequeño barbudo-, me pregunto lo que nos quería comunicar el artista. Y luego decido si los medios que emplea para ello son los adecuados para su mensaje. Esta lata cerrada por todos los lados expresa la imposibilidad perfecta de cualquier comunicación. Nada interior sale fuera, nada exterior alcanza el interior. El artista nos comunica de manera impresionante que no existe ninguna posibilidad de comunicación para nosotros. Y el medio de este mensaje es totalmente convincente.
- ¿No hay ahí una cierta contradicción? –aventura cautamente el marido.
- ¡Por supuesto! –contesta el pequeño, enojado-, ¡de lo contrario no sería una obra de arte!
- ¡De modo que sí que es una exposición de arte! –dice la mujer.

El crítico la mira irritado desde abajo, pero se domina rápidamente y responde:

- Eso es completamente irrelevante.

Marido y mujer le agradecen la importante explicación y continúan de prisa su camino. Encuentran en la sala siguiente una muleta con el título Muleta y un huevo con una hoja marchita al lado, titulados, respectivamente, Huevo y Hoja, pero no logran aplicar a esto lo que acaban de aprender. Tampoco un catalejo de latón macizo que lleva el título Catalejo les revela su significado.

Están un poco descorazonados y pasan de largo entre las restantes piezas de la exposición, sin gran interés. Una vez se detienen ante un látigo cuya cuerda está enrollada alrededor del corto mango. El título es Látigo de circo. Pero tampoco aquí descubren el mensaje oculto.

- ¡Vamos! –dice el hombre-, me parece que se ha declarado en alguna parte un incendio.

Efectivamente, la sala donde se encuentran en ese momento se ha llenado en unos instantes de humo. En ese momento salen con paso rápido entre las nubes de humo dos médicos con batas blancas y mascarillas delante de la boca y la nariz. Entreambos transportan en una camilla a un bombero cuyo uniforme hecha humo. Su pierna está arrancada a la altura de la rodilla, el muñón envuelto en vendas sangrientas.

Marido y mujer se tapan la boca con pañuelos y corren hacia la salida. La alcanzan con las narices negras de hollín y los ojos enrojecidos. Su ropa está llena de tiznones, su pelo chamuscado.

Delante del cubo de cemento en el que está sentada la niña gorda se detienen para tomar aliento. La niña abre la ventanilla y el hombre pregunta qué es lo que ha sucedido.

- Ha estallado una bomba –dice la niña-, ¿es que no ha oído la explosión?
- No hemos notado nada –dice el hombre.
- Esto sí que es extraño –añade la mujer-, ¿estaremos otra vez en guerra?
- Todavía no –explica la niña un poco resabia-, de momento era sólo un atentado contra el primer ministro de Ndongo.
- Vaya –dice el marido, secándose con un pañuelo sucio los ojos llorosos-, no sabía que estaba aquí.
- Y no está –contesta la niña gorda-, ¡gracias a Dios! Actualmente se encuentra en el congreso de Karan-el-Zur.
- Ah, bueno –opina la mujer-, entonces no habrá pasado nada.
- No, afortunadamente no –responde la niña-, excepto un cartero que salió despedido por los aires. Pero eso sólo fue un descuido, naturalmente.
- Era un bombero –corrige el marido.
- No, un cartero –insiste la niña-. Pero fue culpa suya. Debería estar repartiendo cartas en lugar de merodear por aquí. Por eso no se considera válida su muerte.

Con estas palabras la niña gorda cierra su ventanilla corrediza y vuelve a dormirse.

- ¿Para qué íbamos a contarle a la niña lo que se podía ver? –pregunta la mujer un poco contrariada-. De todos modos lo sabe todo mejor.

Pasan junto al edificio sin ventanas, por cuya entrada sigue todavía saliendo humo. Junto al muro, dos médicos exploran la pared y la ausculta con sus estetoscopios.
- ¡Qué extraño! –dice uno, quitándose el aparato de las orejas-, al parecer la explosión se propaga en el interior del muro lenta pero inconteniblemente.

El otro sacude la cabeza y murmura:

- Un efecto lateral completamente inesperado.

Marido y mujer vuelven a casa sumidos en profundos pensamientos. Al cabo de un rato dice él:

- Era un bombero. Estoy completamente seguro.

Ella asiente y él prosigue:

- ¿Por qué lo ponen hoy todo tan difícil?

Ella se coge de su brazo, entrelaza sus dedos negros de hollín con los suyos y dice, asaltada de pronto por una tristeza inexplicable:

- Quizás no iba contra nosotros. Seguro que no tenían mala intención. Pero tienes razón, no deberían hacer estas cosas.

 

Aquest relat de Michael Ende forma part del recull de contes El Mirall en el Mirall, inspirat en la metodologia pictòrica del seu pare, Edgard Ende, consistent en la selecció de visions a partir de l’adquisició d’un estat de conciència autosuggestionat.

La imatgr que il.lustra el post reprodueix l’oli d’Edgard Ende, Die Entlassung (L’acomiadament)

Die Entlassung

La versió d’aquesta i altres obres d’Ende així com les ilustracions originals per a l’obra de l’autor la trobareu a Michael Ende Land.

Spoilers

Lancaster:  el paquete de la harina está lleno de bichitos. Voy a tener que tirarlo.

York: estos animalitos estan por todas partes....  debes comprenderlo. Les encanta comer. De hecho, solo pretenden dominar el mundo.

Lancaster: Anda! Como la Reina Sofía!

Qui sereu, aquesta nit?

Qui sereu, aquesta nit?

El "Capvespre de Carnaval", d’Henry Rousseau (1886),

es pot veure al Philadelphia Museum of Art.

Critical path theory

Critical path theory

També anomenat... resultat de l'aplicació de processos en la gestió de qualitat.

:)

Monstres

Monstres

El retrat d’Antonieta Gonsalves, fet per la pintora Lavínia Fontana.

Coses que només entenem les dones, i els homes peluts.

Jordi Abelló Vilella, l'espia del temps

Jordi Abelló Vilella, l'espia del temps

Potser l’heu vist  mirant allà on vosaltres no veieu res, l’artista reusenc Jordi Abelló Vilella està immers en #compintaeltemps #howdoesthetimepaint, una investigació visual que ens descobreix la mestria dels grans creadors de tots els temps reflexada en el doble mirall de la mirada de l’artista i la tècnica refinada i màgica del millor artífex  de la història -o potser cal dir l’artífex de la història?-, el temps.

Avui ens ha soprès des de París, on ha descobert aquesta preciosa aquarel·la en que la mà del temps empra la técnica de Tagore per pintar un poeta solitari a la llum dels estels.

Inspirant la maximiliana II

Inspirant la maximiliana II

Un dels llibre més bells de la història, el Sidereus Nuncius de Galileu, va revolucionar la ciència del seu temps fins als nostres dies a través de la observació amb telescopi i l’anàlisi científica de les realitats descobertes pel seu autor.

Pertany a aquest llibre el gravat que ens saluda avui al vespre. Es tracta d’una representació de les Plèiades, la misteriosa constel·lació en que Tempel va descobrir una nebulosa, en realitat no és tal, sinó un cúmul de més de 1000 estrelles, tant properes a la terra que la distància que ens separa ha arribat a calibrar tot el còmput modern de distàncies entre nosaltres i l’univers.

Les nou estrelles més brillants de les Plèiades, grans estels blaus o blancs, duen el nom de les set germanes de la mitologia grega: Astèrope, Mèrope, Electra, Maia, Taígete, Celeno i Alcíone i els seus pares Atles i Plèione.

La Maximiliana, aquí.

Inspirant la Maximiliana

Inspirant la Maximiliana

Quí sap, quí sap, potser...

A strelets on the Kremlin tower - Nicholas Matveev (1890)

La Maximiliana, aquí

"Maximiliana ou L’Exercise illégal de l’Astronomie"

"Maximiliana ou L’Exercise illégal de l’Astronomie"

Com costa! Costa molt expressar amb paraules la increïble màgia dels glifs d’Ernst, la dansa himnòtica dels ninots alats transformant-se en aus egípcies, que muten en constel·lacions misterioses, el ball extàtic de les lletres secretes que esdevenen noms misteriosos ocults en els orígens del que un dia vam ser i cerquem al llarg dels segles...

Dedicada a Dorothea Tanning, la seva esposa i també artista, la Maximiliana de Max Ernst és una demostració de cal·ligrafia experimental realitzada en la tècnica de frottage (decalcomania), una pràctica artística d’invenció pròpia que deriva del collage, consistent en realitzar gravats inversos per calc d’objectes amb l’objectiu de crear noves imatges.

Ernst va evolucionar del collage a la decalcomania arrel del seu estudi del gravat popular, una activitat intrínsecament relacionada amb la seva dedicació a la il·lustració i creació bibliogràfica. El seu amor als llibres el va dur a inspirar-se en poetes, filòsofs, teòrics de l’art i científics com a base per als seus treballs durant el seu llarg i atzarós exili.

Els gravats que configuren aquest llibre d’art tenen el seu precedent en el ’obra Pour bibliothèque nationale’,  de 1975, en la que assaja la seva misteriosa cal.ligrafia, un alfabet intuïtiu i canviant, probablement nomes desxifrable per ell mateix, d’arrel inconscient i simbòlica en que l’home-ocell és la principal i mutant grafia.

La suite gràfica ’Maximiliana ou l’exercise illégale de l’astronomie’ construeix una doble realitat de cal·ligrafia glífica imaginària amb connotacions alquímiques i astrològiques (la lletra s’identifica amb l’estel, la paraula amb la constel·lació) per descriure el paral·lelisme vital entre la biografia de l’autor i la de l’astrònom i artista Wilhelm Leberecht Tempel (1821-1889).

El poeta, litògraf i científic  Wilhem Leberrel Temple, va ser el descobridor de diversos cometes planetes menors i de la nebulosa de les Plèiades, una tasca que va va dur a terme artesanalment, en un petit observatori muntat per ell mateix. La manca de formació oficial va fer que el reconeixement a la seva feina li vingués fora del seu país i tardanament. Durant la guerra franco-alemanya fou expulsat del seu país i es refugià a Itàlia, on va supervisar la construcció del telescopi més gran de l’època.

En Temple Ernst reivindica el paper revolucionari de l’art i de l’experimentació, en aquest cas exemplificat per una feina visionària, exercida amb mitjans artesanals, contracorrent i en la clandestinitat, establint un paral·lelisme vivencial que el duu a recrear una suposada relació entre el científic i el seu besavi, també astrònom aficionat.

La pulsió de la bellesa secreta d’aquesta obra, que beu de l’irracional de la ciència i el racional de l’art,  ens enfila l’agulla d’una labor brodada en somnis al misteri dels estels.

gran èxit de crítica i públic

gran èxit de crítica i públic

Libros del zorro rojo publica Oh, la l’art! el nou llibre en que l’il.lustrador El Roto reflexiona sobre l’art

Esperit crític

Esperit crític

Ars longa, vita brevis

Ars longa, vita brevis

L’il.lustrador Herbert Cole va realitzar The Critic l’any 1900, com molts altres autors de l’entorn del prerrafaelisme, les seves obres juguen amb les referències ideològiques de l’alta edat mitjana en transició al renaixement (en aquest cas les vanitas i danses macabres) i reflexions metaartístiques derivades de les propostes d’organització de l’art de William Morris i el seu taller.

Relativitat

Relativitat

Lentament, els segons passen. A la gatzoneta s’oculten rere les manetes del rellotge fins que un desequilibri els precipita en una allau -ja sense temps- aliena al còmput, superlativa.

De les seves restes, en queden taques aleatòries sobre les superfícies: els jocs de l’oli i el vinagre al plat del restaurant, les bombolles endurides del cafè escurat, marques de quadres absents sobre la paret que ja grogueja.

El fenomen ens demana lentitud, transforma l’observació en quelcom indistint de la cosa observada.

Mirar és, doncs, perillós.

que m'enterrin!

que m'enterrin!

Cementiri - Modest Urgell Inglada (1839-1919)

 El matalasser em va explicar ahir que la vida són tres matxembrats, un sac de guix i un trajo de fusta sense mànigues.


D'esquena a la galeria

- Em comencen a fer mal els ossos, què dic els ossos, si no en tinc d’ossos. El que em fa mal és l’ànima. Només tinc ànima i plecs , molts plecs d’una túnica blanca que s’està ennegrint de pols i d’impaciència.
- L’ànima, l’ànima... com a mínim tens ànima per dintre i la tens al seu lloc, equilibrada i ferma. Jo ja no puc més, només m’aguanta un senzill clau que m’està importunant d’allò més i és que l’operària no me’l va clavar equidistant. El meu eix de simetria vertical, que és tant com dir el meu equilibri personal, se m’està desplaçant cap a la dreta i això m’està provocant  una luxació de cal déu i sembla que ningú se n’adona.

 

Una visió del món de l'art des de la sensibilitat de l'escriptora Carme Andrade. Podeu llegir el relat complert a La Casa del Racó

Simpathy fot the devil

Simpathy fot the devil

Willi Site vs Herr Mittelmass

Willi Site vs Herr Mittelmass

Avui ha transcendit als mitjans de comunicació la mort, durant la setmana passada, del pintor alemany Willi Sitte. A cop de teletip, mala llet anticomunista i ignorància, els diaris digitals (déu me’n guard d’ocupar cinc minuts de tele en això) s’han dedicat a presentar-lo com el "principal exponent de l’art per encàrrec del Politburó de la RDA"  en uns fantàstics articles de periodisme-ficció en que Sitte és retratat com un agent de l’Stasi amb pinzell.

Si a algú se li desperta la curiositat (jo mai perdo l’esperança), aquí podreu trobar unes quantes dades fidedignes sobre l’obra i la vida d’aquest autor

El pintor i dissenyador gràfic Willi Sitte va néixer a Chrastava (Txecoslovàquia), l’any 1932. El seu pare, d’origen alemany, fou un dels fundadors del Partit Comunista Txec, ideologia que el pintor va defensar tota la seva vida.

Va començar a estudiar art a 1936 a l’  escola del Museu Industrial del Nord de Bohèmia,  a Liberec, i més tard en el Hermann Goring Meisterschule de la que va ser expulsat per publicar una carta crítica amb els mètodes d’ensenyament del centre.

Els seus primers treballs estan molt influïts per l’estètica industrial futurista de l’època, amb una tendència més aviat decorativa, derivada de la formació en disseny tèxtil.

L’expulsió de l’escola li va comportar el reclutament forçós a l’exèrcit feixista, que el va enviar al front de l’Est el 1941, on va contraure icterícia. Convalescent, va ser traslladat a una casa de vacances a Itàlia, on va desertar unint-se als partisans italians.

En 1946, va tornar a la seva ciutat natal unint-se al SED, un grup anti-feixista alemany. Ja actiu en el moviment juvenil comunista dels anys 30, aviat es va traslladar al que llavors era la zona d’ocupació soviètica d’Alemanya.

En la postguerra europea la pintura de Sitte es polititza i especialitza en la critica al capitalisme servint-se d’al·legories, temes bíblics, filosòfics, mitològics amb una extrema agressivitat formal molt allunyada del que s’entén comunament com a “Realisme Socialista” ja que de realista en té poc i de socialista bastant més que l’art propagandístic stalinista, amb una tècnica personal de desestructuració de la imatge presa de Léger i Picasso i una paleta  i temàtica més properes al muralisme mexicà.

Representant de l’escena artística més rebel i poc convencional de l’RDA, Sitte va defensar, la independència dels funcionaris culturals cosa que li va comportar problemes amb el seu partit, arribant a prohibir-li l’ensenyament, malgrat la seva militància  i prestigi.

El 1972 la tercera Biennal de Florència el va guardonat amb la medalla d’or i el  1974,  la unió d’artistes i artesans, (la Verband der DDR Bildender Künstler) el va nomenar Secretari General, càrrec que va ostentar fins 1988, mantenint una postura de defensa de la visió socialista del món rere la reunificació, com podreu imaginar, una postura molt poc còmoda per al govern reunificat, que encara avui aposta per l’Art de l’Oest com a símbol de la lluita per a la unificació alemanya i, per extensió a la construcció d’aquesta meravellosa Europa de l’Euro (sempre m’ha fet gràcia la definició).

Rere la caiguda del mur l’ostracisme institucional a que el sotmet el govern alemany el duu a una temàtica molt més intimista: l’audàcia formal de les seves eròtiques composicions, la transgressió d’apostar per una figuració no bucòlica, tant poc apta per al saló burgès com per al galerista de l’abstracte.

L’art de Sitte és encara considerat per l’establishment artístic alemany dins el calaix  de ’propaganda’ de l’extinta Alemanya de l’Est, quan és, purament, creació artística feta per un marxista. La inclusió d’obres de Sitte  en les retrospectives d’art contemporani alemany de la Neue Nationalgalerie de Berlín (2003) i Weimar (2012)  ha estat un nou intent de contraposar els valors de l’art propagandístic al servei la RDz_SiteA, en contraposició dels valors sorgits a l’altre costat del Mur no encotillats com a art oficial i que van funcionar per lliure, tot i les pressions sobre les seves creacions.

Els alemanys, però, continuen valorant i col·leccionant les seves obres. Recorden Sitte com a dissenyadors dels cartells dels Jocs Olímpics del 80 i pels  les seves impactants visions de la guerra i crítica social. Així m’agradaria també recordar-lo, dedicant aquest petit article, als "Senyor mediocritat" (Herr Mittelmass és el nom del quadre que il·lustra l’article) que porten tota la setmana omplint els digitals de merda convençuts de que els bons són els que els paguen i els dolents els que creiem en un món més just.

Bona nit LII

Bona nit LII

Marina nocturna, d’Edward Munch. Provablement l’únic dels seus quadres que transmet certa serenitat, no exempta de misteri.